El proyecto "Escuela Chiconautla", realizado en 2005 en Santo Tomás Chiconautla, Ecatepec, Estado de México, presentó la oportunidad única de diseñar un espacio educativo que no solo cumpliera con los requisitos funcionales y normativos, sino que también fomentara un ambiente de aprendizaje estimulante y seguro para los niños.

La visión de la pareja joven y emprendedora que buscaba establecer esta escuela en un terreno estrecho pero profundo, me llevó a una profunda investigación sobre la normatividad local y las necesidades específicas de los usuarios infantiles. El diseño buscó optimizar la luz natural y el espacio, separando las aulas de las colindancias y creando corredores dinámicos adornados con figuras lúdicas como dinosaurios y otros animales, elaborados en Tablaroca para agregar un elemento de diversión y estimulación visual.

La paleta de colores primarios fue elegida por su vibrante atractivo y significado en el desarrollo cognitivo de los niños, aunque, como bien mencionas, cualquier gama de colores puede ser efectiva si se aplica de manera estratégica. El diseño en forma de "C" para la sección de primaria permitió integrar de manera efectiva los espacios de aulas, baños, y áreas administrativas, garantizando la funcionalidad y la seguridad.

Un aspecto innovador del proyecto fue la inclusión de espacios verdes y áreas de juego al aire libre, diseñados no solo para el recreo, sino también como zonas educativas donde los niños pueden aprender sobre sostenibilidad y cuidado del medio ambiente a través de actividades prácticas como la jardinería.

La seguridad y el control de acceso fueron prioridades, situando las oficinas administrativas en la fachada principal para monitorear la entrada y salida. Sin embargo, la gestión del flujo de tráfico durante las horas de entrada y salida escolar en una calle estrecha representó un desafío no anticipado, resaltando la importancia de considerar todos los aspectos de la experiencia escolar en el diseño arquitectónico.